Cansado de batallar con el homosexualismo, la pornografía y la depresión, Josue decidió ayunar un año. ¿Su única petición? Para que Dios lo mate. Pero Dios tenía otros planes. Comenzó a visitar a Josue por la noche. Le hablo. Lo libero. Y le dio a Josue una nueva misión: enseñar a otros sobre la guerra espiritual.