Al principio es muy incómodo y perturbador pero muy interesante, sin embargo, después de la mitad primera se vuelve muy tedioso y fome, realmente iba muy bien pero me perdió en la segunda mitad.
El tema en mi opinión es de lo más rasposo y molesto, refleja una terrible realidad en nuestro país y el mundo. Me sigue gustando mucho la narrativa y la forma de hilar ideas, oraciones y párrafos en mi idioma de Liliana Blum. No es una de mis novelas favoritas.
“¿Qué hace un oso que se topa con un salmón gigante? Cazarlo, claro. Salivar e intentar hacerlo suyo.”
Pentápodo quiere decir de cinco patas o pies, un monstruo es un ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie; esta anomalía de cinco patas es brutal, terrorífico y bestial.
Raymundo Betancourt, porta, como su apellido de alcurnia, la imagen de un ciudadano modelo, es un profesionista honesto y responsable, es una ser solidario y comprometido con el bienestar de su comunidad y entiende que la vida no es únicamente trabajo, todos tenemos gustos específicos, él tiene dos: los chicles de canela y las niñas que mantiene secuestradas en su sótano.
Aimeé es recepcionista en una alberca, padece acondroplasia, que es una enfermedad genética que produce enanismo, condición que la ha relegado al hueco oscuro de las burlas, las miradas indiscretas, la rareza y la vida trunca de quien no encaja con el canon de “normalidad”, hasta que conoce a Raymundo.
“¿Por qué será que en el encierro la mente se libera? Hace lo que quiere. Se desata. Es imposible controlarla."
Esta novela es horrible, no solo por la temática, sino por la crudeza, es oscura, cruel, escabrosa, y aún peor, esta sorprendentemente bien escrita, este monstruo nos enfrenta sin ambages ni eufemismos con la mente oscura del asesino, del psicópata adorable y manipulador ante cuyos encantos sucumbió Aimeé, hasta el punto de volverse cómplice a cambio de un poco de amor.
Liliana es tan despiadada que nos narra la preparación, el acecho y la cacería, al rapto y el desarrollo de “la relación” entre él y la pequeña desde la psique de Raymundo, separándola totalmente de la víctima enamorada que se desgrana en cartas que destrozan. Esta novela me gusta en la ficción, porque Blum no se apiada de nosotros, los lectores, nos empuja al fondo para vestirnos con la piel de esa bestia, sin embargo, pensar que estas bestias existen, eso si no me gusta para nada.
😬 tuve que leerlo con pausas. Escritura sencilla y, en partes, repetitivo. Un tema pesado.
Perturbante pero entramado de manera precisa .
Cruda historia muy triste