La mudanza no consiste simplemente en dejar atrás una casa, consiste en ser despojado del derecho a habitar en sí mismo y quedar expuesto. Con una prosa exacta, de contenido lirismo, Pedro Badrán hace un recorrido por la decadencia de un mundo familiar y social, por una mudanza que no es sólo la de un espacio que se degrada, sino también la de unos seres que pierden sus sueños y son lanzados sin piedad a un destino sin esperanza, que también viene a ser el destino de un país malogrado.