En Agosto nos vemos

Solo he leído dos libros de GGM antes pero igual aquí algunos pensamientos que tuve a través de la lectura:

* La historia me pareció entretenida, trata sobre la compleja situación de duelo de una mujer, solo que se reduce a muy poco y ademas ya hemos leído muchas mujeres en crisis escritas por hombres. No es tan novedosa, pues.
* Si me dijeran que el autor es Ian McEwan lo habría creído.
* Este libro tiene un elemento que los señoros han criticado a la literatura hecha por mujeres: un libro conformado de historias cortas (“porque no son capaces de terminar una novela”).
* En general, me parece que el trabajo editorial estuvo bien pensado y acorde a las tendencias actuales, tal vez por eso se evaporó la esencia del autor.
* El libro empieza y termina con justificaciones culposas sobre su publicación, aún y cuando me gusta el chisme, creo que sobran las palabras y razones.
* Lo siguiente es que hagan una película de esto, no lo dudo ni tantito.

Excelente libro, excelente narración de Jose Maria de Tavira. 10/10
Deja a la imaginación que más hubiera agregado el autor de la obra. Sin duda hubiera tenido gran potencial.

"agosto era el mes de los calores y los aguaceros locos, pero
ella lo entendió como una más de las penitencias que debía cumplir
sin falta y siempre sola."

Tan corto y tan avasallante, "Gabo" es un escritor de proporciones mágicas, narra con una precisión que asusta, que conmueve, que arrastra los sentimientos más inconcebibles ante sus letras; es un libro muy corto para lo importante que es su literatura en mi trayectoria como lector. Qué maravilla poder leerlo, y que tragedia saber que no habrá más novelas, siempre se podrá regresar a Macondo o a Aracataca, pues sus novelas deben se releídas constantemente. Seguro regresaré pronto.

Cada mes de agosto Ana Magdalena Bach toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para visitar la tumba en la que yace. Esas visitas acaban suponiendo una irresistible invitación a convertirse en una persona distinta durante una noche al año.

Nos escondemos en las máscaras que portamos, somos prestidigitadores del carácter que nos forjamos a diario, y en ese sentido, escapamos de nuestra vida cuando un lugar distinto nos ofrece su cobijo; la insistencia camaleónica de Ana no es ajena, es bastante común, más de lo que estamos dispuestos a admitir.