¿Crees que es algo típicamente masculino?
–¿La brutalidad? Es probable que la historia nos conduzca amablemente hacia esa conclusión.
–No, no. Esa inhibición de la que hablabas, esa sensación de que vives en el epílogo de una época esencial, donde ya no queda nada por decir. Porque en las artes visuales, he pensado que las mujeres parecen librarse de ciertas formas de inseguridad que quizá estén relacionadas con el género.
–¿El género? Menuda palabra.
–Porque la pluma ha estado en la mano masculina todo este tiempo. Ahora las mujeres que cogen la pluma, o el pincel, podrán sentir muchas dudas, pero no ésa. Porque no están en un camino trillado. Para ellas se trata de un terreno virgen.