Dice muy acertadamente Saramago que Israel es «rentista del Holocausto». Ésa es la razón de mi doble irritación: me indigna tanto el empeño de los dirigentes sionistas en parapetarse detrás del recuerdo constante del Holocausto, para así eludir la responsabilidad de sus crímenes actuales, como el hecho de que la llamada comunidad internacional acepte esa intolerable coartada para permitir que Israel se pase por el arco del triunfo todas las resoluciones de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional en bloque