—Déjame terminar, por favor —me pide, y hace una pausa—. En Ástrea, la persona que eras… Thora. La deseaba. Quería protegerla de mi padre como jamás pude proteger a mi madre. Quería escaparme con ella y salvarnos a los dos. En eso tenías razón. Pero lo que sentía entonces es una sombra de lo que siento por ti, Theo.
Abro la boca para volver a pedirle que se calle, pero esas palabras mueren en mi garganta. Por peligroso que sea, quiero oír lo que dice con tanta ansia que casi me parte en dos.
—No quiero protegerte. No necesito protegerte. Para eso ya tienes a otros, y tú misma lo has hecho ya bastantes veces. No quiero escaparme contigo; quiero estar a tu lado y luchar, luchar por algo que jamás pensé que querría, pero lo quiero. Contigo soy más fuerte, y más valiente, y no quiero volver a vivir siendo como era antes. Te amo, y no tiene nada que ver con la persona que fingías ser. Te amo a ti.