el papel de las instituciones culturales y educativas, los agentes que en ellas operan y la posibilidad de generar nuevas formas de relación; la dimensión política del arte y la educación y la politización que se puede hacer de las mismas; la necesidad del pensamiento y la pedagogía crítica para una redistribución del poder y la transformación social; el potencial de la metáfora, lo inesperado, lo lúdico, lo poético y el placer como estrategias para desencadenar conexiones mentales que generen nuevas ordenaciones de la realidad.