carrera puntual, que abandonarlo para “perseguir mis sueños” no era el camino más recomendable. Nadie, ni la persona que más me quería, podía asegurarme que renunciar a mi trabajo para convertirme en youtuber era la decisión apropiada. Abandonar algo cuando uno está tan establecido a menudo es visto como un error, como si significara haber perdido todo el tiempo anterior. Pero he aquí una verdad que tardé en descubrir: nunca se está perdiendo el tiempo.