No siempre se es la misma tristeza. No todas las veces despertaba con la gastritis como estado de ánimo, pero bastaba que pasara algo para que por instinto tragara saliva y fuera consciente de que tenía que respirar ante los hechos. Respirar no es un acto mecánico, es una acción de estabilidad; cuando se pierde la gracia es que se sabe que para mantener el equilibrio es que hay que respirar. Vivir se vive, pero respirar se aprende.