En un contexto familiar, también es posible favorecer el desarrollo de la concentración dejando extensas franjas de tiempo libre para la actividad elegida por el niño. Hay que evitar interrumpirlo cuando está concentrado, ya que necesita desarrollar la concentración y, para eso, hay que ejercitarla. Maria Montessori recomienda con énfasis no interrumpir al niño ni para felicitarlo ni para ayudarlo, de no ser imprescindible. Tampoco considera necesario intervenir cuando está haciendo lo mismo por demasiado tiempo. La repetición puede ser fuente de una concentración intensa que le procura una gran satisfacción e incluso una dicha profunda.