Hija mía, es el destino de las mujeres. No creo que quieras ser monja y, quién sabe, quizás acabes amándolo. Tu madre no conoció a Piotr Vladímirovich hasta el día de la boda, y recuerdo que estaba asustada, aunque ella se habría atrevido a enfrentarse incluso a Baba Yaga. Sin embargo, se quisieron desde la primera noche