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Carles Andreu

Carles Andreu

  • Dianela Villicaña Dena
    Dianela Villicaña Denaje citiralaпрошле године
    libro, grueso a pesar de que las páginas eran de papel cebolla, contenía veintidós años de la vida de Esther, contados por Russell Birch y luego, tras la muerte de Russell, por su hijo menor, Morgan, que por entonces era ya un hombre realmente viejo. Era lo más delicioso que hubiera leído jamás y eso que pensaba que no había nada mejor que Nancy Drew... Días después de la comunión, los pensamientos sobre Dios se habían desvanecido ya de su mente, pero cada vez que leía el Libro de Esther era como si volviera a arrastrarse a esa cueva
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    Alfonse había hecho saber que no era africano sino melungeon (con sangre holandesa e india, y algo de portuguesa, seguramente más caucásico que algunos de los hijos de la Confederación), pero eso a los blancos les traía sin cuidado: para ellos, la piel morena era tan negra como cualquier otra.
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    —No me verás derramar una lágrima. Motty era más mala que un escorpión
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    Porque la capilla no es una casa de muñecas, sino una casa de... No es un lugar para que los niños anden correteando
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    Primer volumen de una nueva revelación

    del Dios de la Montaña
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    —Sunny... ¿está bien?

    «Bien.» Por aquellos lares aquella palabra podía significar muchas cosas. Abby se quedó un momento pensando.

    —Todavía es una niña —contestó finalmente
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    Aquellos hombres eran los ancianos de la iglesia del Dios de la Montaña, sus tíos y primos, todos Birch de sangre. Y ella era su reveladora
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    Los cuellos y las mangas estaban bordados con símbolos extraños: medias lunas y estrellas, ojos humanos y balanzas
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    —Y cuando Clara hubo ofrecido su regalo, el Dios de la Montaña dijo: «El día que salga a la luz...» —recitó Hendrick con esa misma voz aterciopelada.

    —... el mundo conocerá mi nombre —respondieron los tíos al unísono.

    —Y daré a mis hijos... —añadió Hendrick.

    —... un cuerpo —entonaron los hombres—, eternamente en flor
  • i.je citiralaпре 5 месеци
    —Para que el veneno de este mundo... —dijo Hendrick elevando la voz.

    —... nunca nos corrompa —respondieron los tíos.

    —Amén —dijo Hendrick
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