mantenernos en buenos términos con ellos. La fama, la reputación, la constante mención pública... son primordiales para el detective. Debe hacer públicos sus datos, si no se supondrá que no tiene ninguno; debe hacer pública su teoría, pues nada hay tan extraño o sorprendente como la teoría de un detective, o que le proporcione tan portentosa estima; debemos hacer públicos nuestros planes, porque los periódicos insisten en saberlos y no podemos negárselos sin ofenderlos. Debemos mostrar constantemente al público lo que estamos haciendo o creerán que no hacemos nada. Es mucho más agradable que un periódico diga «La ingeniosa y extraordinaria teoría de Blunt es la siguiente», que enterarse que dice alguna cosa dura, o peor todavía, sarcástica.