Este libro aborda el indigenismo como una política de Estado aplicada en algunos países de América Latina con el propósito de asimilar culturalmente a los pueblos originarios e integrarlos a las llamadas sociedades nacionales, en busca de configurar una cultura nacional y consolidar el nacionalismo a partir de un proceso de aculturación que inició, de hecho, con el establecimiento de los regímenes coloniales desde el siglo XV y continuó en el ámbito de los Estados nacionales surgidos de los procesos independentistas en el siglo XIX. Dicho proceso de aculturación tuvo su origen en lo que hoy es el Caribe desde el momento de la llegada de Cristóbal Colón en nombre de España y, más precisamente, del Estado castellano. Con la presencia del navegante genovés se puso en marcha un proceso de imposición del cristianismo a todos los pueblos que habitaban el llamado Mundo Nuevo, en la versión portada por la Iglesia católica, apostólica y romana.