«Fascismo» no es menos múltiple que «democracia» o aun que «gobierno». No poseemos un lenguaje político «científico» en el que cada expresión tenga un significado fijo, simple y universalmente reconocido; solo tenemos un lenguaje vivo, popular, a merced del uso y de las circunstancias en el que cada expresión es susceptible de muchas interpretaciones, ninguna de las cuales carece de fuerza y significación.
MICHAEL OAKESHOTT (1952)