le juro que no me gusta nada lo de ser puta. Mire, nunca me he encontrado con una colega que dijera: «¡Qué bonito es esto de ser puta!» No, todas dicen: «Voy a ahorrar un poco con este oficio de mierda, y luego me retiro, pongo un comercio, un estanco… con mi Hombre.» Que si fuese verdad, todos los estancos de Italia los llevarían las putas.