concepto de «reconocimiento» merece una reflexión retrospectiva de este tipo porque, en las últimas décadas, ha pasado a ser un elemento esencial de nuestra forma de entender la realidad política y cultural que nos rodea. Está presente en exigencias tan distintas como la igualdad de derechos entre los miembros de una comunidad cooperativa[1], el reconocimiento incondicional de las peculiaridades del Otro[2] o la valoración de las minorías culturales por medio de una «política de reconocimiento»[3].