La práctica del mindfulness incide de manera amplia y profunda en el interior del psiquismo y el corazón. Como práctica liberadora, nos llama a afrontar y honrar las causas raíces de nuestra angustia individual y colectiva y a observar cuidadosamente cómo estas actúan en nosotros. Pero, sobre todo, nos pide que estemos dispuestos a observar lo que realmente nos mueve –el significado raíz de la palabra emoción– y aprendamos a permanecer con nuestros sentimientos en modos que nos permitan aprovechar su poder para enseñar, sanar y catalizar el crecimiento, sin limitarnos a reaccionar simplemente y vernos siempre desbordados y aprisionados por ellos