Aquí el sufrimiento es una sombra insistente que arrastramos en nuestra existencia, una disolución del yo que parece no tener remedio. Es un desastre que nos constriñe a vivir en las ruinas de nuestra existencia anterior, en el duelo permanente de las actividades anteriores que ahora ya no son posibles. Las reflexiones sobre uno mismo se vuelven como una espiral alrededor del dolor como si arrasara todo a su paso