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Martín Luis Guzmán

  • kim claudiaje citiralaпре 2 године
    Tan clara fue en esto la conducta del Gobierno que el general Aguirre jamás pudo hacerle justificados cargos de parcialidad. Todo ello, por desgracia, ha sido inútil. El general Aguirre logró corromper a la mayor parte de las fuerzas comandadas por el general Encarnación Reyes, que anoche asumieron en Puebla actitud de franca rebeldía, y estuvo a punto de conseguir otro tanto con varios batallones de esta capital. Había, en efecto, concertado las cosas en tal forma que el movimiento estallara a la vez aquí, en Puebla y en Toluca. Gracias a la enérgica intervención del general Leyva, y a los leales servicios de los coroneles Jáuregui, Acosta y Hernández, la asonada, en la capital, ha sido un completo fracaso. En Puebla, el traidor general Encarnación Reyes se ha hecho dueño del Estado después de desarmar y sacrificar villanamente al pundonoroso coronel Siqueiros y a casi toda la oficialidad del 19° regimiento, que se negó a secundar los pérfidos planes. En Toluca, por último, hacia donde Aguirre y los principales jefes del movimiento se dirigieron poco antes de la hora en que, según creían, había de estallar aquí el cuartelazo, la intentona tuvo éxito casi nulo. El recto general Julián Elizondo logró pronto persuadir de su error a los oficiales y tropa que ya se disponían a olvidar sus deberes; ante lo cual, Aguirre no tuvo más recurso que escapar al frente de reducidísimo número de militares y civiles. El Gobierno que presido ha dictado sin tardanza enérgicas disposiciones para batir y deshacer a estos traidores; a la una de la tarde de hoy el general Aispuro, con cinco mil hombres, saldrá a iniciar, en combinación con las fuerzas de Tlaxcala y Veracruz, el avance sobre Puebla; y antes de cuarenta y ocho horas, lo garantizo al país, Aguirre y cuantos lo acompañan habrán caído en poder de las tropas leales, pues ya se le persigue activamente y de cerca. Hago, por último, una solemne promesa a la nación: si este Gobierno fue complaciente en un principio, al punto de pasar por alto muchas de las faltas que se estaban cometiendo, en esta hora de crimen sabrá imponer rigoroso castigo, sin distinciones ni consideraciones, a todos los militares y civiles que han trastornado el orden público, atentado contra nuestras instituciones fundamentales, y hecho que se derrame sangre inocente.»

    Esto decía el
  • kim claudiaje citiralaпре 2 године
    «Desde que se inició la lucha electoral tuve conocimiento de la labor sediciosa que hacían el general Ignacio Aguirre y algunos de sus partidarios. Supe de jefes militares que habían recibido invitación para rebelarse contra las instituciones. Varios agentes aguirristas viajaban por la República con propósito de sobornar a los jefes de los cuerpos. Por otra parte, es del dominio público que tanto Aguirre como sus sostenedores, ya en declaraciones a la prensa, ya en sus discursos, anunciaban constantemente, en forma más o menos encubierta, su firme resolución de recurrir a las armas. A pesar de todo, este Gobierno guardó siempre actitud serena; nunca molestó a quien se hacía llamar candidato radical progresista; dio amplias garantías; hizo ver cuál era el camino del patriotismo, y ofreció que el voto público sería respetado
  • kim claudiaje citiralaпре 2 године
    Aguirre no había esbozado el movimiento más leve; había esperado la bala en absoluta quietud. Y tuvo de ello conciencia tan clara, que en aquella fracción de instante se admiró a sí mismo y se sintió —solo ante el panorama, visto en fugaz pensamiento, de toda su vida revolucionaria y política— lavado de sus flaquezas. Cayó, porque así lo quiso, con la dignidad con que otros se levantan.

    Él en tierra, los otros presos, con impulso irresistible, desbordaron la tropa y echaron a correr por la parte más libre de soldados: hacia la montaña. Echaron a correr sin que por de pronto intentara nadie detenerlos. Porque fue tan brusco el contraste entre los dos motivos, entre las dos escenas —la de Segura matando en frío a Aguirre, que caía majestuosamente; la de los presos arrebatados por súbito pavor—, que los soldados se quedaron perplejos, con la atención abúlica, distante. Advirtiéndolo Segura, gritó mientras agitaba amenazadora la pistola:

    —¡Síganlos, tales por cuales! ¡Síganlos todos, hasta que no quede ni uno!

    Sólo Axkaná no había huido. Estaba allí, inmóvil, con la vista fija en el cuerpo de Aguirre, del cual lo separaban un espacio de dos metros y la criminalidad de Segura, erguido entre el cadáver de uno de los amigos y el dolor del otro.
  • kim claudiaje citiralaпре 2 године
    Algo dijo aún quien hablaba desde más allá de las dos luces, y entonces Winter y el chofer procedieron a tomar en brazos a Axkaná y a llevarlo hasta el automóvil.
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    consta a nosotros que en México el sufragio no existe: existe la disputa violenta de los grupos que ambicionan el poder, apoyados a veces por la simpatía pública. Ésa es la verdadera Constitución Mexicana; lo demás, pura farsa.
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    Nos consta a nosotros que en México el sufragio no existe: existe la disputa violenta de los grupos que ambicionan el poder, apoyados a veces por la simpatía pública. Ésa es la verdadera Constitución Mexicana; lo demás, pura farsa
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    «Madrugar»; tras lo cual su pensamiento, cogiendo la palabra de nuevo, vino a hilvanarla en una idea: «La política mexicana no conjuga más que un verbo: madrugar».
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    Comprendía que su caso era desesperado, mas no se sentía en él.
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    «¡Viva México!». Así habían dicho en las horas más crueles de la Revolución
  • José Mondragónje citiraoпре 2 године
    Asesinos son Leyva y usted, pero asesinos que no saben ni su oficio.
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