LUST

abre mis labios húmedos y mete un par de dedos dentro de mi vagina.

Un corazón muerto que ama tan apasionadamente como antes.

—Conozco un par de mujeres con las que te podrías qu

por primera vez, entiendo lo que quiere decir la gente cuando dicen que el amor duele , aunque todo se vea bien desde el exterior

Sonríe nuevamente con la boca cerrada. Aunque, dos pequeños hoyuelos aparecen sobre sus mejillas esta vez.

Pero cuantas más manchas queden, mejor —murmuró y hundió la punta de sus dedos en las manchas grasosas—. Porque ahora estarás aquí conmigo cuando no estés...

La clienta asiente un par de veces y le devuelve una sonrisa algo reticente.

Podrías pasarme la sal, por favor? ¿Bianca? Despierta y pásame la sal, por favor.
—Está bien, cálmate, aquí tienes. —Tomé el salero de la mesa y lo apoyé con fuerza frente a Miriam.
—¿Qué te preocupa? —preguntó sorprendida.
—Nada. Lo lamento. No quería decirlo de ese modo. Me perdí en mis pensamientos por un momento —dije, tratando de suavizar las cosas.

En realidad, había escuchado cuando me pidió la sal unas cuantas veces, y en todos los sentidos, fui yo quien transgredió las reglas no escritas de la

. Al fin conseguí lo que siempre he querido. No puede ser coincidencia que suceda justo ahora. Sé que no lo es. Desde hace tres años todo ha girado en torno a mí misma y a lo que debo crear. Me mudé lejos de casa. Para alejarme de otro ex y de la necesidad de pertenecer a alguien. Ya eso me ha quitado bastante en la vida. Ahora soy yo misma junto con mis habilidades. Nada más. ¡Nada menos!

Ahora, es tarde por la mañ