Nordica Libros

Quisiera no entender, pero no puedo:

es la vulgaridad que me envenena.

Me empobrecí porque entender abruma,

me empobrecí porque entender sofoca,

En lo que me resta de vida, el amor me ayudará a entender el sentido del tiempo

Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted, dígase que no es usted lo bastante poeta como para conjurar sus riquezas; pues para el que crea no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente.

Hay dos tipos de síndromes de abstinencia con respecto al tabaco, y estoy convencido de que es el segundo el que produce más recaídas

Como si el mar se retirara
y mostrara un mar más lejano;
y ese, otro aún más lejano;
y el tercero no fuera sino la conjetura
de series de mares
no visitados por las costas;
y estos mismos, el borde de otros mares.
Esto es la Eternidad

Y ahora le doy una vez más las buenas noches y usted me lo agradece respirando apaciblemente.
Suyo. Franz K.

PESO ANCESTRAL

Tú me dijiste: No lloró mi padre;

tú me dijiste: No lloró mi abuelo;

no han llorado los hombres de mi raza,

eran de acero.

Así diciendo te brotó una lágrima

y me cayó en la boca... más veneno

yo no he bebido nunca en otro vaso

así pequeño.

Débil mujer, pobre mujer que entiende,

dolor de siglos conocí al beberlo;

¡oh, el alma mía soportar no puede

todo su peso!

( Irremediablemente, 1919

mis dedos quisieran

cortar estrellas.

Por sobre todas las cosas amo tu alma.

La vida allí debe de ser feliz, solo porque no es la mía.
Si alguien me vio desde la ventana de la casucha soñará: ese sí
que es feliz