Georges Bataille

El erotismo cayó en el territorio de lo profano al mismo tiempo que fue objeto de una condena radical. La evolución del erotismo sigue un camino paralelo al de la impureza. La asimilación con el Mal es solidaria de la falta de reconocimiento de su carácter sagrado

El erotismo orgiástico es esencialmente un exceso peligroso. Su contagio explosivo amenaza todas las posibilidades de la vida sin distinción

las explosiones de violencia que las prohibiciones habían reprimido, tales como la guerra o el sacrificio —o la orgía— no eran explosiones calculadas. Ahora bien, en la medida en que eran transgresiones, y practicadas por hombres, se convirtieron en explosiones organizadas, actos cuya eficacia posible sólo aparecería más tarde, pero indiscutible.

En el mundo al revés que es la fiesta, la orgía es el momento en que la verdad del reverso revela su fuerza para trastocar completamente todo orden

La religiosidad primitiva extrajo de las prohibiciones el espíritu de transgresión. Pero, en su conjunto, la religiosidad cristiana se opuso al espíritu de la transgresión. La tendencia a partir de la cual fue posible un desarrollo religioso en los límites del cristianismo está vinculada a esa oposición relativa

Lo divino es la esencia de la continuidad.

el cristianismo hubo un doble movimiento. En sus fundamentos, quiso abrirse a las posibilidades de un amor que ya no contaba con nada. Perdida la continuidad y recobrada en Dios, en su opinión hacía un llamamiento, más allá de las violencias reguladas de los delirios rituales, al amor extraviado y sin cálculo, del fiel. Los hombres, transfigurados por la continuidad divina, eran criados en Dios para el amor de los unos para con los otros. El cristianismo nunca abandonó la esperanza de acabar reduciendo ese mundo de la discontinuidad egoísta al reino de la continuidad inflamado de amor.

la transgresión es el principio de un desorden organizado

En el sacrificio cristiano, la responsabilidad del sacrificio no se da en la voluntad del fiel. El fiel sólo contribuye al sacrificio de la cruz en la medida de sus faltas, de sus pecados. A causa de ello, se quiebra la unidad de la esfera sagrada.

Rechazó la culpabilidad, sin la cual lo sagrado no es concebible, pues sólo violar la prohibición abre su acceso