Francisco Serratos

el capitalismo para Moore es una ecología, o sea una forma de administrar los procesos biológicos —en el que se incluyen ciertos humanos— para ponerlos a trabajar en pos de una acumulación de riqueza.

Charles Lyell lo usó para formar la palabra «Holoceno» al referirse a los estratos más recientes de la corteza terrestre.

Los caminos son muchos, pero las demandas son las mismas: distribución en lugar de desarrollo; decrecimiento en lugar de crecimiento; igualdad de todos los humanos y no-humanos y no jerarquía de valor económico; menos caridad, más justicia; más solidaridad y menos competencia

océanos son los nuevos Medio Oriente, Texas y Venezuela: «se han otorgado licencias mineras exploratorias para más de 1.3 millones de km2 del fondo marino en áreas más allá de la jurisdicción nacional» y se espera que las regulaciones de explotación continúen aprobándose, dicen los autores de «The Blue Acceleration».

La cantidad actual de espacio destinado a la agroindustria ocupa, de acuerdo con cifras de World in Data, 50% de la tierra habitable en el planeta, es decir 51 millones de kilómetros cuadrados, y 77% de estos 51 millones, el tamaño de toda América desde Canadá hasta la Patagonia, es utilizado por la industria de la carne y lácteos.

Este nuevo despojo casi siempre ocurre por medio de la violencia legal, sobre todo a partir de las reformas neoliberales que continúan esparciéndose por todo el Sur Global.

la azúcar cultivada por los esclavos alimentaba a su vez a los trabajadores de las fábricas.

Actualmente, su extensión ha llegado a ocupar hasta 50% de la tierra cultivable en varios países

El sistema capitalista británico no podía permitirse el lujo de la buena alimentación de los ciudadanos porque resultaba demasiado caro tanto en costo como en producción

«sin azúcar no hay Brasil y sin Angola no hay azúcar».