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Inés Garland

  • Teresaje citiralaпре 7 месеци
    Estamos en París, con su mazapán perfecto y su luz, su vaho a cloaca y su Estado policial.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    Me recordó cómo los niños siempre piensan en grande; cómo el mundo los confronta y los moldea para mantenerlos a salvo.
    Sin duda “a salvo” es lo que estoy yo ahora; o lo que se supone que estoy. La seguridad está en mí, me sostiene derecha, como una columna vertebral. Mi sangre no viaja por caminos nuevos, sabe simplemente su camino, se demora, se adormece y se encariña. Aunque hay momentos, incluso recientes, en la pequeña ciudad donde vivimos, en los que he dejado a mi marido para salir a caminar al anochecer, la luna suspendida boca abajo como un pájaro estridente y presumido, como algún error absurdo –qué vida de oficinas y tareas aburridas podría tener una luna inundando el cielo y las calles, sin parecer absurda–, y en mis caminatas, hacia las esquinas silenciosas, los olores fríos a humus, las copas de los árboles saludando en un viento, he sentido una antigua naturaleza salvaje. Ebria y fantasmal. No es sexual, no realmente. Tiene más que ver con la aventura y la huida, como las ganas de un niño de escaparse, que toma envión y se frustra al mismo tiempo, un deseo que se enrosca en mí como un tornillo, una sombra atada a los pies que se dispara hacia lo demás, aunque, finalmente, siempre se ha quedado a un costado, como si esa otra vida fuera imposible y lo supiera, como un buen perro, buen perro, buen perro. Siempre se ha quedado.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    las únicas cosas posibles eran la postergación y la fantasía. Mi infancia no tuvo narrativa; todo era apenas una combinación de aire y falta de aire: esperar que la vida empezara, que el cuerpo creciera, que la mente se volviera temeraria. No había historias ni ideas, no todavía, no realmente
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    Las cosas en la memoria, lo sé, se vuelven rígidas y se desplazan, se convierten en algo que no fueron nunca antes. Como cuando un ejército interviene un país. O un jardín de verano se vuelve rojo con las hojas del otoño.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    en las sombras largas de su negligencia, nos fabricamos a nosotros mismos, improvisamos nuestras propias reglas en silencio,
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    Claude y yo no volvimos a vernos, no verdaderamente. Cuando nos cruzábamos en los pasillos del colegio, o nos veíamos en la cena, años después durante las vacaciones, los casamientos y los funerales, ya no podíamos descifrar quién era el otro. Era como si a uno de nosotros le hubieran crecido aletas o plumas o una raya extraña en un costado, nuestra especie se había vuelto confusa.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    No importa cuánto anticipes algo; te acostumbras tanto a que forme parte del futuro que su presente, su llegada, su fuerza y su presencia, te sobresalta, te sorprende, como si apareciera de repente un fantasma usando un perfume y unas botas conocidas.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    ¿qué otra cosa puede hacer la memoria? No puede hacer nada: pretende comerse la metralla de tus actos, pero no puede ni masticar ni tragar.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    pensé que alguna vez las mujeres se habían muerto de fiebre cerebral contraída por los pinchazos de los alfileres de sus sombreros, y que aún después de tanto tiempo, era difícil ser una chica, acarrear estos cuerpos que no estaban nunca bien, heridas que necesitaban arreglos, cabezas que necesitaban sombreros, correcciones, correcciones.
  • Teresaje citiralaпре 5 месеци
    No hay un lugar en donde poner estos hechos, no como corresponde. Solo queda nuestro horror triste, nuestra vanidad moral, que no puede hacer nada. Las malas noticias del mundo, como casi todas las malas noticias, no tienen adónde ir. Las clavas a la cartelera de tu corazón. Dices mira, dices fíjate. Eso es todo.
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