Irene Reyes-Noguerol

  • Itzel Roblesje citiraoпре 9 месеци
    En su mundo, la falta de crítica era el mejor halago
  • gelletedechequelete.je citiraoпре 9 месеци
    Vestimos nuestra carga c
  • gelletedechequelete.je citiraoпре 9 месеци
    Vestimos nuestra carga capa a capa
  • gelletedechequelete.je citiraoпре 9 месеци
    Vestimos nuestra carga capa a capa, nuestro dolor que es una cebolla que se abre con la luna y nos empapa de nuevo en su acidez, nos hace llorar los ojos, nos impregna los dedos con su olor punzante que jamás termina de desaparecer.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    La soledad era esto, Fernando, y quien diga lo contrario, que venga aquí a discutírmelo. Porque que estamos solos lo ve todo el mundo, todos se hacen partícipes de este no-estar-acompañados tan evidente, tan fácil de pronunciar, s-o-l-o-s, cinco letras, hasta la cría del piso de abajo sabe lo que significa y todavía no ha entrado en preescolar. Todavía no lee y ya le explicaron lo que quiere decir esta cosa tan bárbara que es la soledad; no hace falta buscar el término en el diccionario, porque todo niño dice alguna vez: «Estoy solito», aunque su soledad sea una pequeñita y en minúsculas comparada con la nuestra, Fernando, con la nuestra que es una Soledad en mayúsculas y con las esquinas puntiagudas de ese magnífico afilador que es el tiempo.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    Me dejas Sola con este vacío y una inmensa maleta de recuerdos que son todos tuyos y también todos tú, que ya no estás tan aquí como en la memoria de esta vieja nostálgica, que respiras y de vez en cuando incluso abres los ojos, pero ya no me miras como antes, ya no me ves como antes, porque esa mirada terrible traspasa el cuerpo y el espíritu para fijarse en algo que hay más allá y que no puedo tocar ni ver ni sentir, y esta angustia es peor que todas las otras juntas; y es que es la angustia del saber que estás y no estás, del parpadeo del alma —que a veces estira el cuello entre tus sombras y sale a saludar tras un esbozo de sonrisa—, del verte yéndote muy lentito, a paso de tortuga, como si quisieras que te acompañara a tus tierras de vaho, pero nunca me dejaras darte la mano, tú también tan Solo. Hay cosas que no se pueden perdonar, Fernando, y el marcharse sin decir adiós está entre ellas.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    Solo una sonrisa de «estoy aquí», que me diga que aún no me has abandonado ante esta Soledad cada vez más mía y menos nuestra, Fernando, porque te siento lejos, muy lejos, te me resbalas como si estuvieras hecho de agua y jamás pudiera cubrir tus brazos de espuma en la orilla; mírate, te hiciste océano sin moverte del sitio, y yo ya no puedo alcanzar cada ola tuya como antes, ya no nado entre tus corrientes, ya te volviste infinito e inhumano, y para esta triste vieja se ha hecho complicado perseguir ese azul tan sin término que ostentas por patria y bandera.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    Porque sí, todo sería mejor que saber que nunca vas a respirar ni a ver ni a dolerte por nadie como a mí me dueles, no sabrás lo que es la angustia ni el desgarro, no llorarás por nada en este mundo, no sentirás ira ni dicha en el corazón porque no existes, eres apenas mi pensamiento, jamás tendrás ojos ni boca sino dentro de mí, dentro de tu madre como un clavel en las entrañas, como una espina en esta lengua que a su pesar sigue hablando y viviendo y despertando sin ti, dentro de tu madre que es un vientre vacío y hueco.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    Porque, entonces, por fin se callarán estas preguntas sin respuesta que se deslizan con la luna en el oído y quieren saber si no me amabas, si nunca debí desear un hijo, si estos pechos áridos y estas caderas sin gozo no sirven para la vida, no son capaces de guardarte, no pudieron retenerte en tu marcha sin aviso; la noche que se me ha pegado a los huesos quiere acusarme de horrores impensables, se me echa encima como una manta y se extiende hasta este ombligo inútil, el epicentro del absurdo, el causante de la desgracia.
  • Alejandraje citiralaпре 8 месеци
    No quiero ánimos ni miradas de lástima, sino vivir, hay que vivir, hay que agarrarse con las uñas a las paredes para no caer, porque aún no es la hora. Hay que sujetarse de los vellos del tiempo hasta arrancárselos, apretar los dedos de los pies para no precipitarse al abismo, dejar sangrar las palmas de las manos aferradas a la espada de los días y vivir, vivir, vivir.
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