hay que tomar en consideración a cuántos fines apuntan los que contienden y aspiran a vencer (al otro). Estos fines son cinco: la refutación, la falacia, la paradoja, el solecismo y, el quinto, hacer que el interlocutor balbucee (esto es, obligarle a decir muchas veces la misma cosa); o bien que cada una de estas cosas sea, no real, sino aparente (las cursivas son mías).