Ahí dice que para los chinos y para algunas civilizaciones mediterráneas, la presencia de un grillo en el hogar simbolizaba “promesa de dicha”, y que los chinos ennoblecieron especialmente a los grillos cantores: los ponían dentro de jaulitas de oro en sus casas (esto se ve en Mulán) o incluso los hacían pelear (raro para las mentes en deconstrucción del 2020 que el hecho de pelear ennoblezca a alguien, sí, pero en fin).