—De encaje negro. —Suspiró—. Ya sabes lo que dicen de chicas que usan ropa interior negra.
Bajé la vista hacia mi pecho y noté que mi camiseta se había subido lo suficiente como para dejar ver mi sostén.
—No. ¿Qué dicen de las chicas que usan ropa interior negra? —Sabía que iba a arrepentirme por seguirle la corriente.
—Dicen que van a un entierro.
—Eso no tiene sentido.
Vi la odiosa sonrisita de suficiencia en su rostro mientras se burlaba de mí.
—Van a un entierro —repitió. Lo miré confundida—. Ah, olvídalo. Tienes una mente demasiado inocente como para entenderlo.