Cristo que vuelve a la tierra no hace otra cosa que callar frente a las furiosas acusaciones del Gran Inquisidor, a pesar de la ansiosa expectación que pesa sobre Él. Lo positivo no habla porque le basta con existir, no necesita imponerse o llamar la atención sobre sí, porque su mismo ser es elocuente y atractivo. En cambio, lo negativo tiene necesidad de hacerse notar al contraponerse a lo que ya existe y que a toda costa intenta negar.