El tiempo tiene género; supongo que lo sabes. Por ejemplo, las primeras tardes de una aventura amorosa son uno de los tiempos más largos de la vida de una mujer. Si hay un teléfono en la habitación, es mejor no mirarlo. Pero incluso así, tendrás una creciente sensación de las horas de su tarde que pasan paralelas a las de la tuya como una cinta de video en otro canal, y las sentirás lentamente alzarse, acumularse, apilarse, una a una hasta que parece que están todas en equilibrio allí encima del patio de luces y a punto de caerse... directas hacia la noche.