Esquilo

En el 458 a. C. Esquilo triunfa con la Orestía, su única trilogía que nos ha llegado completa.

En 1913 Niedzball, basándose en el léxico de la obra, pasó de las dudas de Westphal a la cruda certeza de que no era una obra de Esquilo.

Para Hesíodo, Prometeo es un ser negativo —se opone a Zeus, que personifica la bondad— pero, ya para Esquilo, adquiere un aire positivo: Prometeo encarna la rebelión contra el tirano.

le roba el fuego a su primo Zeus —Prometeo y Zeus son hijos de dos titanes hermanos, Jápeto y Crono, respectivamente—

Goethe: «Hay que traducir hasta lo intraducible».

Fuerza y Violencia, habéis cumplido ya

la orden de Zeus y ya nada os retiene.

Pero ni callar ni no callar este destino

me ha sido otorgado.

Cuentánoslo siempre que no te perjudique el contarlo.

En cuanto los dioses estallaron en cólera

y se suscitó entre ellos la discordia,

tuyo y de tus hermanos,[8]