Claudia Kerik

Y dentro de poco no quedará ninguno de los dos

para olvidar al otro.

La soledad, como toda casa, tiene puertas y ventanas,

tuberías por dentro y por fuera.

El tiempo pasa, como alguien que en el teléfono

ríe o llora lejos de mí:

aquello que escuché no vi

y aquello que vi no escuché.

que no tiene dientes. “Detrás de todo esto

se oculta una gran felicidad.” Nada obtendrás

llorando por dentro y gritando por fuera.

Detrás de todo esto se oculta quizás una gran felicidad

Tarde en mi vida llego a ti,

filtrado por muchas puertas

y disminuido por escaleras.

Casi no queda nada de mí.

Y tú eres una mujer así de sorprendida,

que vive con medio valor,

una mujer salvaje con lentes,

las riendas elegantes de tus ojos.

“Las cosas aman perderse y encontrarse

de nuevo por otros; sólo los hombres

aman encontrarse a sí mismos”. Dijiste.

Y luego quebraste tu rostro entero

en dos perfiles, uno para la distancia

y otro para mí, como recuerdo, y te fuiste.

Tarde en mi vida llego a ti...
Tarde en mi vida llego a ti,

filtrado por muchas puertas

y disminuido por escaleras.

Casi no queda nada de mí.

Y tú eres una mujer así de sorprendida,

que vive con medio valor,

una mujer salvaje con lentes,

las riendas elegantes de tus ojos.

“Las cosas aman perderse y encontrarse

de nuevo por otros; sólo los hombres

aman encontrarse a sí mismos”. Dijiste.

Y luego quebraste tu rostro entero

en dos perfiles, uno para la distancia

y otro para mí, como recuerdo, y te fuiste.

El amor no es la última habitación.

Hay otras después, a lo largo

del largo pasillo que no tiene fin.

Poema que ama y duele
Mientras estuvimos juntos

fuimos como un par de tijeras útiles.

Después de que nos separamos volvimos

a ser dos cuchillos filosos

clavados en la carne del mundo,

cada uno en su lugar

Cada uno en su vida necesita un jardín abandonado

la vida que se deriva de aceptarla tal como puede ser, sin demasiadas ilusiones pero no con absoluta desilusión.