Otros elementos que pueden generar ambigüedades son el gerundio en la oración subordinada, porque no es posible saber a qué sujeto se refiere una oración como Me encontré con tu amigo entrando al médico (Instituto Cervantes, 2013, p. 358); y los posesivos su, sus, cuyo(s), cuya(s). Ejemplo de Gómez Torrego (2009, p. 383):
–Mi hermana me presentó a su novio y le di un gran abrazo (¿a quién?)
a) Mi hermana, a quien di un abrazo, me presentó a su novio.
b) Mi hermana me presentó a su novio, al que di un abrazo.