Matilde querida:
Sé que te cuesta un poco escribirme, por eso te envío no una ni dos, sino esta caja de zapatos repleta de hojas con letras que puedes utilizar como te plazca. Escribí el abecedario completo más de trescientas veces, espero que sea suficiente. Podrás encontrar también acentos y signos de puntuación, aunque sé que no eres muy adepta a ellos. Lo único que te pido es que no me vuelvas a dejar en medio del silencio.