Me hizo reflexionar, hay muchos puntos con los que concuerdo sino es que en todos, pero estamos lejos del que tener pelo en sitios "no deseados" deje de impactar en nuestra vida.
Los vellos son parte de nuestro cuerpo y el depilarse a voluntad de la sociedad se vuelve un acto de sumisión más al que dirán. El mantener los vellos se convierte en un acto irreverente. Recomendable la obra.
Ideal para reflexionar sobre el performance de la feminidad.
"¿Cómo decapitamos al pez que se muerde la cola?"
Es fascinante que un cuerpo sin pelo, fruto de un artefacto social como la depilación, se considere una muestra de feminidad innata. Sería lógico que el vello corporal, que separa la niña de la mujer, se considerase intrínsecamente femenino, incluso sexi.
¡Ja! Cómo si esas cosas pasaran, lo sabemos, es irreal y completamente ingenuo pensar así, particularmente me parece un ensayo revelador y suficiente para comenzar a cuestionarse elementos que consideramos muestra de la femineidad y que quizá no lo son, vamos, antes los hombres usaban tacones, medias y maquillaje, hoy es suficiente argumento para decirles maricones. Particularmente, no soy el tipo de persona que se cree con derecho de juzgar el cuerpo o hábitos ajenos, creo en la higiene personal, creo que la imagen personal, pero en lo que cada uno haga para llegar a ello, es problema de cada quien, jamás le pediría a mi esposa que se depile para gustarme o para comodidad mía, y quizá, ahora pueda comentar con ella si realmente para ella estos cánones son aceptables y cómodos para su higiene personal.
"¿Cómo decapitamos al pez que se muerde la cola?"
Es fascinante que un cuerpo sin pelo, fruto de un artefacto social como la depilación, se considere una muestra de feminidad innata. Sería lógico que el vello corporal, que separa la niña de la mujer, se considerase intrínsecamente femenino, incluso sexi.
¡Ja! Cómo si esas cosas pasaran, lo sabemos, es irreal y completamente ingenuo pensar así, particularmente me parece un ensayo revelador y suficiente para comenzar a cuestionarse elementos que consideramos muestra de la femineidad y que quizá no lo son, vamos, antes los hombres usaban tacones, medias y maquillaje, hoy es suficiente argumento para decirles maricones. Particularmente, no soy el tipo de persona que se cree con derecho de juzgar el cuerpo o hábitos ajenos, creo en la higiene personal, creo que la imagen personal, pero en lo que cada uno haga para llegar a ello, es problema de cada quien, jamás le pediría a mi esposa que se depile para gustarme o para comodidad mía, y quizá, ahora pueda comentar con ella si realmente para ella estos cánones son aceptables y cómodos para su higiene personal.