Si deseo algo para mis hijos, es que tengan el coraje de las mujeres. Con esto quiero indicar algo muy concreto y preciso: el coraje que he visto en las mujeres que, en sus vidas públicas y privadas, en el mundo interior de sus sueños, pensamiento o creación, y en el mundo exterior del patriarcado, corren riesgos cada vez mayores, tanto físicos como psíquicos, al tratar de introducir la innovación.