Rafael

El tiempo fluía estático por aquel blanco sendero empedrado de incomprensibles y aburridas palabras.

efecto era terrible, como si la casa estuviera en el lomo de una ballena acatarrada

Aquello debía llamarse la Cordillera que Sueña el Hombre, pero era un nombre muy largo y complicado

Manos, ¿para qué las quiero? —dijo el conductor y tomó un queso de bola.

—¿Un poco de leche? —le dijeron.

—Boca, ¿para qué la quiero? —el conductor se llevó una jarra a los labios.

Todos lo observaron en silencio hasta que dijo:

—Nunca había bebido una puerta tan sabrosa. Gracias, hermanos del camino

Pepe observó que no a todo el mundo se le hinchaban los pies del mismo modo.

sabroso y bueno.

Con el instinto que sólo puede tener el mosco más flaco del mundo, como un agudo náufrago del aire, el visitante voló en un círculo perfecto y se lanzó en picada sobre la sonrosada mejilla de Katia:

—¡Úpsala! —exclamó la muchacha.

¡Qué larga era la palabra “ay” en Krupitania

Hay veces en que un hombre es un gigante sin aumentar de estatura, y ésa fue la vez de Tiburcio Endaya

Pero sólo cuando te veo a ti me duelen las pestañas

Katia y Tere entendieron que el castigo a los villanos consiste, precisamente, en no ser como ellos

gorda y grande. Una giganta poderosa.