En medio de estas lágrimas que afloraban sin descanso, la Luna nos observaba con tristeza desde un cielo sereno.
Hasta el día de hoy, creía que mi vida era como una veleta que se movía acorde con el viento que soplaba y me había resignado a que no tuviera valor alguno, pero el hecho de seguir con vida es lo que precisamente me ha llevado hasta ti.
Miyake Kaho (1868-1943)
Midori tiene un carácter competitivo y obstinado que detesta perder, y la joven le da rienda suelta a esos sentimientos. Por consiguiente, con ese temperamento le resulta fácil construir castillos de arena.
Aunque pueda parecer que dos pequeños brotes empiecen a crecer pese a que la nieve caiga como un manto sobre ellos y, alentados por dicho crecimiento, los forcemos a hacerse cada vez mayores, lo cierto es que es posible que no lo soporten y acaben marchitándose.
Como derivación de esta leyenda, existe la expresión en japonés «no tener piernas» (oashi ga nai), que significa «no tener dinero». Así, Ichiyō, al elegir este nombre, sutilmente ironizaba con su penosa situación económica.
«Los incendios siempre empiezan por culpa de las lámparas de la casa propia»
tal como decía el proverbio: «Una persona no podía permitirse entristecerse por las lágrimas del prójimo vertidas durante cien años»
Hasta el día de hoy, creía que mi vida era como una veleta que se movía acorde con el viento que soplaba y me había resignado a que no tuviera valor alguno, pero el hecho de seguir con vida es lo que precisamente me ha llevado hasta ti
Los versos de la canción que entona —«Nuestro efímero lecho de amor…»— están llenos de emociones truncadas.
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