Desde la perspectiva económica formal, los efectos ambientales no deseables de la actividad económica se ven como simples fallas del mercado –deseconomías externas–, y respecto al cambio climático en particular, se lo llega a caracterizar como la principal falla de mercado de la historia (Stern, 2006), lo cual, más allá de la grandilocuencia de la expresión, elude el necesario planteo de abordar el problema desde una concepción de la actividad económica humana acorde con un planeta finito.