El trabajo gratificante es una fantasía en la que a todos nos han enseñado a invertir, desde que nuestros padres y profesores nos preguntaban qué queríamos «ser» de mayores, pero la mayoría nos enfrentamos a escasas oportunidades de consolidar nuestras ambiciones en el mundo del empleo remunerado, un mundo cuyos rasgos característicos son a menudo la monotonía, la subordinación y el agotamiento.