Escucha, Sanchan —me dijo mientras ajustaba la potencia del fuego—. Dices que se trata de cosas importantes, pero ¿lo son de veras? Lo que ocurre es que te gustaría hablar de cosas importantes, no que tengas tales cosas para hablar de ellas. ¿No es cierto?
Al escucharlo, empecé a perder la confianza en mí misma y estuve a punto de dejarme engatusar, pero conseguí no darme por vencida y seguir conversando