Alberto Soler

Cuando se pregunta a estas mujeres traumatizadas por sus partos suelen hablar de la sensación de total pérdida de control, haber recibido un trato autoritario, sentimientos de haber sido traicionadas, tratadas de forma deshumanizada, irrespetuosa y descuidada

la influencia que tiene la figura del padre en el desarrollo físico y emocional de los niños

la implicación del padre en la crianza de los hijos es positiva (y necesaria) precisamente porque lo que hace es distinto a lo que hace la madre.

Desde un punto de vista más biológico, también se señala en este estudio que la presencia del padre durante el desarrollo de las hijas se ha asociado con un menor riesgo de pubertad temprana, un retraso en la edad de las primeras relaciones sexuales y una menor incidencia de embarazos durante la adolescencia.

Ninguna de estas ideas es realmente nueva, ni este fenómeno tampoco lo es, pero con la eclosión de las redes sociales y su efecto amplificador se ha dado mayor visibilidad y virulencia al conflicto.

fin y al cabo, adaptarse al hijo, o que el hijo se adapte a los padres

Juzgamos lo diferente porque nos da miedo lo desconocido. Pero si lo pensamos fríamente, ¿qué amenaza puede suponer que una persona eduque a sus hijos de un modo diferente al nuestro

Esta disonancia cognitiva está en muchas ocasiones detrás de las feroces críticas que vierten algunos padres sobre aquellos que piensan y actúan de un modo diferente al suyo, porque perciben estas diferencias como amenazas.

La presión y el juicio social al que son sometidas explicarían estas «guerras» entre madres, debido a que generan un estado de tensión e inseguridad que acaban desembocando, tal y como hemos visto, en el juicio y crítica a los otros como modo de defensa y autoafirmación.

Pero todas tienen algo en común: que simplemente por ser mujeres lo tienen más difícil que sus parejas (si son hombres, claro