Kurt Vonnegut

un tema que te importe a ti y que en tu corazón sientas que debería importarles también a los demás

cuando una persona muere solo aparenta morir. Sigue viva en el pasado, así que es una tontería que la gente llore en su funeral. Todos los momentos, pasados, presentes y futuros, han existido siempre y siempre existirán.

Era absolutamente necesario recurrir a la crueldad porque Billy no hacía nada por salvarse. Billy quería abandonar. Tenía frío, hambre y vergüenza, y era un inútil. Después de esos tres días, apenas sabía si estaba despierto o dormido, y tampoco veía muchas diferencias entre andar o estar quieto.

“Encuentra un tema que te importe”.

Encuentra un tema que te importe y que en tu corazón sientas que debería importarle también a los demás [énfasis añadido]. Esta preocupación genuina —y no cómo juegues con el lenguaje— será el elemento más convincente y seductor de tu estilo.

¡Hurra por los bomberos!
Aunque algunos sean despreciables en la vida cotidiana, todos pueden ser santos en las emergencias.
Hurra por los bomberos.

En mis conferencias de 1996 digo que en Estados Unidos fracasa el cincuenta por ciento de los matrimonios porque la mayoría de nosotros ya no tenemos familias extensas. Ahora, cuando te casas, sólo consigues una persona.
Digo que las parejas ya no riñen por dinero, sexo o poder. En realidad están diciendo: «¡No eres suficientes personas!».

De todas foramas yo soy un monopolar depresivo que desciende de monopolares depresivos. Por eso escribo tan bien.

Por citar «Empire State», un cuento de Trout sobre un asteroide con el tamaño y la forma del rascacielos de Manhattan que se aproxima a la Tierra de punta a ochenta kilómetros por hora: «La ciencia nunca alegró a nadie. La verdad sobre la condición humana es demasiado espantosa».

Allí en la playa, todo lo que decía Trout provocaba risas y aplausos. ¡No podía creerlo! Dijo que las pirámides y Stonehenge se construyeron en una época de poca gravedad, cuando las rocas se podían arrojar de un lado al otro como almohadones, y a la gente le encantó. Le pidieron más. Citó una frase de «Bésame otra vez»: «Es imposible que una mujer hermosa pueda estar largo tiempo a la altura de su propio aspecto». ¡Tilín, tilín! ¡La gente decía que era tan ocurrente como Oscar Wilde!