La moda justa

Otras quieren mejorar el lugar donde nacieron

Hay que sospechar de una industria que desde su invención (con el telar mecánico, hace más de dos siglos) fue un negocio manejado con pocos escrúpulos, sostenido en parte con mano de obra esclava, penitenciaria e infantil

Cómo se reciclará algo es una cuestión que debería abordarse en el momento del diseño, antes de su producción

Acabarán incineradas, enterradas o enviadas en fardos a un país lejano que no las quiere, pero cuyo gobierno claudica a cambio de acuerdos económicos ventajosos

Jamás encontrarán quienes las vistan. Han requerido esfuerzo, sufrimiento, recursos. Para nada

– En Europa, cada persona compra cada año unos cuarenta artículos; vestirá cada pieza una media de diez veces antes de deshacerse de ella. Es una pincelada con brocha gorda (abarca edades, países y rentas muy diferentes

No es solo el cómo, sino el cuánto

Un dato que me obsesiona: solo usamos el 20 % de nuestro armario

Las jóvenes europeas se proclaman comprometidas con la sororidad mientras visten camisetas con lemas como THE FUTURE IS FEMALE confeccionadas por chicas de Bangladesh que cobran 30 céntimos la hora

Hay una moda que nace de procedimientos indefendibles y que está moralmente obligada a cambiar sus sistemas de producción