Contra el tiempo

«El cuentista, como todos, tiene sus ilusiones. El cuentista cree que hay un detalle del universo que lo explica y lo contiene: con su red y su lazo sale a la caza de ese ínfimo detalle esquivo. El universo, sin embargo, no tiene explicación ni tiene límites. De ese fracaso nace el cuento».

Lo que no le interesa a los adultos, aburre a los chicos.

Mel Brooks dice «Tragedia es cuando uno se corta un dedo; comedia es cuando el otro va caminando, se cae en una alcantarilla y se muere»

trece de los dieciséis cuentos de esta antología abordan la muerte de una u otra manera.

La versatilidad de estos narradores soporta todo tipo de registros. Es una virtud que va más allá de las voces, está en el tono, en el ritmo, en el propio lenguaje.

La felicidad no tiene desarrollo en el tiempo; es estática, puntual, muy apropiada para la lírica, imposible o intolerable para la narrativa.

en estos límites –en esta línea fina entre lo real y lo fantástico– donde prospera también lo más extraño y exquisito, y donde Ana María Shua luce su narrativa más fructífera.

Somos muy cobardes. Ante la duda en vilo, ante la libertad de cuál es la verdad, casi siempre optamos por la resolución fantástica.

Los cuentos de Ana María Shua son dignos herederos de esta tradición, donde lo real y lo fantástico conviven ya sin recelo

os cuerpos pelean contra la vida, no contra la muerte