es que la longitud de nuestro pene viene a ser la misma que la de un chimpancé. En grosor, en cambio, ganamos a todos los primates.
—¿Por qué?
—No lo sabemos.
—¿No tendrá que ver con el ancho de la vagina? —preguntó Raquel, que acababa de volver.
—Posiblemente —concedió Arsuaga—. A veces se dice que es para estimular el clítoris, pero no disponemos de una explicación segura. En cualquier caso, toma también nota de esto, Juanjo: el pene humano es más ancho que el de cualquier otro primate. Mucho más. Hay quien afirma que tiene esta forma para desalojar el esperma de la cópula anterior.
—¿Actuaría como una bomba succionadora? —esa chica era veloz como el rayo.
—Eso es. Pero se trata de una teoría que entra en contradicción con el tamaño de los testículos, porque el tamaño de nuestros testículos indica que no hay competencia espermática. Y si no hay competencia espermática, tampoco tienes interés alguno en desalojar el producto de la eyaculación anterior.
—Ya —logré adelantarme.
—Puede que tenga más que ver con el diámetro de la vagina —continuó Arsuaga—, porque la cabeza del niño es mayor que la de la cría del chimpancé. ¿Alguna duda?