El marido regresa de noche, siempre vestido de miliciano y hasta tiene una pistola al cinto. Ella usa una bata de casa blanca, muy ligera y cómoda, y nada debajo. Sus grandes pechos chorreando leche, y mucho vello negro en las axilas. Es alta, delgada, bonita. Tiene una personalidad especial, atractiva, que irradia a su alrededor un magnetismo inexplicable, como si fuera una actriz de cine. Carlitos ve muchas películas. Le recuerda a Sofia Loren, o algo así. Carlitos lo siente. Lo percibe profundamente y no deja de mirarla. Por primera vez experimenta esa atracción irresistible y obsesiva. Se masturba varias veces al día. Es sexo, pero también es amor. Está enamorado sin remedio. Se vuelve loco cuando la ve y se le acelera el corazón. Nereyda lo saca de sus sueños:
–¡Dale, Carlitos, muévete, hijo, muévete!