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Knjige
Lina María Parra Ochoa

La mano que cura

  • Alejandra Olivaresje citiralaпре 9 месеци
    Lo sé como se saben las cosas verdaderas, con el vientre.
  • Marcia Ramosje citiralaпре 2 сата
    cómo voy con los libros, que si he visto algo que a ella le pueda interesar. Sé que es más por el deseo de tener libros del papá que por leerlos, porque su vida ocupada ya no le permite distracciones
  • Verónicaje citiralaпре 3 сата
    Se preguntó si sería siquiera posible que hubiera silencio cuando el mundo entero se movía y el movimiento hacía ruido
  • Valeria Valderramaje citiraoпре 3 сата
    Veo ideas subrayadas con lapicero. Él decía que un libro se hacía realmente suyo por las ideas subrayadas, porque en él podía leerse su lectura.
  • Valeria Valderramaje citiraoпре 3 сата
    al presionar el aspersor de la botella metálica, suelto también una rabia que me ha ido creciendo hacia las moscas, hacia su presencia molesta por lo aparentemente inofensiva, una rabia que no entiendo del todo hacia la gente a la que no se le ha muerto nadie, hacia el silencio que se cuaja entre mi hermana, mi mamá y yo, hacia los espacios vacíos.
  • Verónicaje citiralaпре 4 сата
    Aunque ya me pasó la tos más fuerte, mi garganta no se asienta del todo, como si algo estorbara adentro de mi cuerpo, como si algo quisiera salírseme por la boca. Entonces voy a hacerme un café.
  • Marcia Ramosje citiralaпрекјуче
    Ana Gregoria reventó el huevo que le entregó Soledad, y del huevo salió pura sangre negra que la maestra echó en el pocillo y volvió a dárselo a la mujer, que se lo tomó entero en un
  • Marcia Ramosje citiralaпрекјуче
    Soledad trató de recordar y se dio cuenta de que era la primera vez que le permitían faltar a la misa. Se quedó en la cama, fingiendo
  • Marcia Ramosje citiralaпре 3 дана
    el nacimiento de todos mis hermanos como si el tiempo fuera una tela que se desdoblaba delante mío. Vi
  • Marcia Ramosje citiralaпре 3 дана
    Cuando Soledad entró a quinto de primaria, le tocó Ana Gregoria de maestra. Pero la niña la conoció realmente unos días después, cuando la mujer le pegó cinco reglazos en las palmas de las manos pa que dejes de ser tan prepotente, niña Chepa.
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